lunes, 23 de abril de 2012

HUMUS DE LOMBRIZ


    Humus, materia orgánica en descomposición que se encuentra en el suelo y procede de restos vegetales y animales muertos. Al inicio de la descomposición, parte del carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno se disipan rápidamente en forma de agua, dióxido de carbono, metano y amoníaco, pero los demás componentes se descomponen lentamente y permanecen en forma de humus. La composición química del humus varía porque depende de la acción de organismos vivos del suelo, como bacterias, protozoos, hongos y ciertos tipos de escarabajos, pero casi siempre contiene cantidades variables de proteínas y ciertos ácidos urónicos combinados con ligninas y sus derivados. El humus es una materia homogénea, amorfa, de color oscuro e inodora. Los productos finales de la descomposición del humus son sales minerales, dióxido de carbono y amoníaco. 


    Al descomponerse en humus, los residuos vegetales se convierten en formas estables que se almacenan en el suelo y pueden ser utilizados como alimento por las plantas. La cantidad de humus afecta también a las propiedades físicas del suelo tan importantes como su estructura, color, textura y capacidad de retención de la humedad. El desarrollo ideal de los cultivos, por ejemplo, depende en gran medida del contenido en humus del suelo. En las zonas de cultivo, el humus se agota por la sucesión de cosechas, y el equilibrio orgánico se restaura añadiendo humus al suelo en forma de compost o estiércol.
Se llama HUMUS a la materia orgánica degradada a su último estado de descomposición por efecto de microorganismos. En consecuencia, se encuentra químicamente estabilizada como coloide; el que regula la dinámica de la nutrición vegetal en el suelo. Esto puede ocurrir en forma natural a través de los años o en un lapso de horas, tiempo que demora la lombriz en "digerir" lo que come.
    El HUMUS se obtiene luego de un proceso, cercano a un año, en que la lombriz recicla a través de su tracto intestinal la materia orgánica, comida y defecada, por otras lombrices.
Hay que resaltar que un alto porcentaje de los componentes químicos del humus son proporcionados, no por el proceso digestivo de las lombrices, sino por la actividad microbiana que se lleva a cabo durante el periodo de reposo que éste tiene dentro del lecho. Por ejemplo, el 50% del total de los ácidos húmicos que contiene el humus, son proporcionados durante el proceso digestivo y el 50% restante durante el período de reposo o maduración.
    Cuando la cosecha del lecho es prematura , se obtendrá VERMICOMPOST o WORM CASTINGS, que todavia NO es HUMUS.
Para poder determinar que el producto que estamos cosechando es de buena calidad, tendremos en cuenta entre otras cosas parámetros como:
  •  Ph neutro, en un rango entre 6.7 a 7.3
  •  Contenidos de materia orgánica superiores a 28%
  •  Nivel de nitrógeno superior a 2%
  •  Relación C/N en un rango entre 9 y 13
  •  Contenidos de cenizas no superiores a 27%
    Un alto contenido de cenizas nos permite concluir que el manejo del proceso no ha sido el adecuado y que ha habido mucha contaminación con tierra. Lo que queremos es mejorar el suelo y no aumentar su volumen
    El HUMUS de lombriz además de ser un excelente fertilizante, es un mejorador de las características físico-químicas del suelo, es de color café obscuro a negruzco, granulado e inodoro.
Las características más importantes del HUMUS de lombriz son:
  • Alto porcentaje de ácidos húmicos y fúlvicos. Su acción combinada permite una entrega inmediata de nutrientes asimilables y un efecto regulador de la nutrición, cuya actividad residual en el suelo llega hasta cinco años.
  • Alta carga microbiana (40 mil millones por gramo seco) que restaura la actividad biológica del suelo.
  • Opera en el suelo mejorando la estructura, haciéndolo más permeable al agua y al aire, aumentando la retención de agua y la capacidad de almacenar y liberar los nutrientes requeridos por las plantas en forma sana y equilibrada.
  • Es un fertilizante bioorgánico activo, emana en el terreno una acción biodinámica y mejora las características organolépticas de las plantas, flores y frutos.
  • Su pH es neutro y se puede aplicar en cualquier dosis sin ningún riesgo de quemar las plantas. La química del HUMUS de lombriz es tan equilibrada y armoniosa que nos permite colocar una semilla directamente en él sin ningún riesgo

    El HUMUS es un producto con altas posibilidades de comercialización en el mundo entero, pero su CALIDAD es un factor importante para obtener los mejores precios del mercado; los que pueden fluctuar desde 100 a 250 dólares la tonelada, dependiendo del mercado y de la relación oferta-demanda del mismo.

USOS DEL SUELO EN COLOMBIA


Colombia se encuentra dividido de acuerdo a las características de su territorio en seis regiones: Caribe, Insular, Pacífico, Orinoquía, Amazonía y Andina.
Los suelos de la Región Caribe: pese a que se trata de una planicie, se presentan algunas diferencias en sus paisajes que originan diversos tipos de suelos. En la Península de la Guajira se encuentran suelos de clima seco, superficiales y afectados por la presencia de sales. En las partes bajas de lo valles de los ríos hay suelos influenciados por inundaciones permanentes. En las partes altas de los valles de los ríos los suelos son fértiles y bien drenados. Cerca de los ríos San Jorge, Magdalena y Cesar los suelos son de baja productividad debido al bajo contenido de nutrientes y de la presencia de sales. En algunos sectores del departamento del Atlántico los suelos son arenosos y con fertilidad deficiente y en los sectores cercanos a las playas y algunas zonas del centro los suelo son salinos.

Los principales usos del suelo de la región caribe son: ganadería, turismo, cultivos, minería y conservación.
Los suelos de la Región Insular: las islas tienen diferentes orígenes y de acuerdo con el clima y el material que las formó así es su suelo. En la Isla de San Andrés la mayoría de sus suelos son fértiles y bien drenados con excepción de las playas y suelos inundados a la orilla del mar ocupados por manglares. En las Islas de Providencia y Santa Catalina algunos de sus suelos son fértiles y otros muy superficiales. En la Isla de Malpelo prácticamente no hay suelo pues está constituida por afloramientos rocosos.
Los principales usos del suelo de la región insular son: turismo, comercio, pesca, ganadería y agricultura.
Los suelos de la Región del Pacífico: los suelos del Pacifico tienen características derivadas de su clima y paisaje. Predominan los suelos ácidos y poco evolucionados; no obstante hay dos sectores de clima menos lluvioso en donde hay zonas fértiles aptas para cultivos (de los ríos Mira y Patia) y la segunda en el Darién Chocoano.
Los principales usos del suelo de la región del Pacífico son: conservación de bosques naturales, ganadería, agricultura.
Los suelos de la Región de la Orinoquía: en esta región se presentan los suelos más viejos del país y predomina el ecosistema de sabana tropical que se caracteriza por presentar dos estaciones climáticas en el año muy definidas, una seca y una húmeda, su vegetación es menos abundante que en la selva. El río Meta la divide en la Altillanura y la Orinoquía Inundable. Los suelos de la Altillanura son los más viejos y los de la Orinoquía Inundable se han desarrollado influenciados por la humedad y son menos evolucionados, por lo anterior tienen acidez alta y suelos de baja fertilidad.
Los principales usos del suelo de la región de la Orinoquía son: ganadería, extracción de petróleo, explotación agrícola; también hay suelos de Conservación en los PNN Macarena y El Tuparro.
Los suelos de la Región de la Amazonía: pese a ser una región cubierta por vegetación tupida y abundante presenta suelos viejos aunque en menor grado comparados con los de la Orinoquía. Sus tierras son de baja fertilidad que es una característica en la mayor parte del territorio. Es normal la presencia de suelos que se inundan en zonas bajas como en los valles, también existen algunos suelos con buena infiltración y que no son objeto de inundaciones, debido a que se localizan en colinas y altiplanicies onduladas.

Los principales usos del suelo de la región de la Amazonía son: extracción de madera de bosque natural, agricultura para el autoconsumo, extracción de minerales; por su riqueza natural se han declarado zonas de reserva como los PNN Chiribiquete, Cahuinarí, Amacayacu, Tinigua, La Paya, Río Puré, Indi Wasi, y las Reservas Nacionales Naturales Puinawuai y Nukak.
Los suelos de la Región Andina: es una región de climas variados, constituida por paisajes de montaña, lomerío, piedemonte, altiplanicie y valle; se presentan diversidad de suelos que en su mayoría son jóvenes, con buena fertilidad y con acidez ligera a media.
Existen zonas donde los suelos se han formado bajo la influencia de cenizas volcánicas, con mucha profundidad y de fertilidad media que se encuentran en Risaralda, Quindío y Caldas. En los paisajes de valle como los de los ríos Cauca y Magdalena los suelos tienden a ser neutros que les proporcionan bastante fertilidad, por lo que es una zona de gran producción agropecuaria.
En las montañas a cualquier altura existen sectores muy quebrados donde los suelos son muy superficiales y presentan afloramientos rocosos, hay riesgos de erosión y remoción en masa.
Los principales usos del suelo de la región Andina son: agricultura, ganadería, industria, turismo y minería

CAFE DE COLOMBIA


El café (coffea) de Colombia es una Indicación Geográfica Protegida, la cual fue reconocida en forma oficial por la Unión Europea el 27 de septiembre de 2007. Dicha denominación se le otorga al café 100% arábigo (coffea arabica) producido en las regiones cafeteras de Colombia, delimitadas entre la latitud Norte 1° a 11°15, longitud Oeste 72° a 78° y rangos específicos de altitud que pueden superar los 2.000 metros sobre el nivel del mar. El término café de Colombia también es una marca de certificación registrada en Estados Unidos el 7 de julio de 1981, y en Canadá el 6 de julio de 1990. Así mismo, está reconocido como Denominación de Origen Protegida en otros países del mundo, como Ecuador, Bolivia  y Perú.
A nivel mundial, Colombia es el tercer país productor de café y el mayor productor de café suave en el mundo. Los principales países importadores del café de Colombia son Estados Unidos, Alemania, Japón, Países Bajos y Suecia.
Existen varias versiones relacionadas con la llegada del café a Colombia. Algunos indicios históricos señalan que los Jesuitas trajeron el grano a la Nueva Granada hacia 1730. Por otro lado dicen que este producto arribó gracias a un viajero que venía de las Guayanas a través de Venezuela.

El más antiguo testimonio escrito acerca del cafeto en Colombia se le atribuye al sacerdote jesuita José Gumilla, quién en su libro El Orinoco Ilustrado (1730) registró la presencia del producto en la misión de Santa Teresa de Tabajé, llevada a cabo en cercanías a la desembocadura del río Meta en la Orinoquía.
El segundo testimonio escrito fue elaborado por el arzobispo-virrey Caballero y Góngora (1787), quién en su informe a las autoridades españolas registró su cultivo en regiones cercanas a Girón (Santader) y Muzo (Boyacá).
Desde 1835 se comenzó a cultivar comercialmente el grano de café en Colombia en Salazar de las Palmas, Norte de Santander. Gran parte del incentivo a la producción se le atribuye a Francisco Romero, sacerdote de la época que imponía a los feligreses de la población, durante la confesión, la penitencia de sembrar café. Esto fue un gran impulso para la propagación del cultivo del grano en esa zona del país. Con estas semillas se logró una posterior expansión y presencia del cultivo en departamentos como Santander, Norte de Santander, Cundinamarca, Antioquia, el Centro del país y posteriormente en el sur.
Durante el siglo XX fue el producto primordial dentro de las actividades comerciales colombianas, registrando exportaciones de hasta 2.560 sacos. En 1999 representó un 3,7% del producto interno bruto nacional y un 37% del empleo agrícola. Los principales departamentos productores de café son: Nariño, Norte de Santander, Antioquia, Valle del Cauca, y Cundinamarca, Huila, Tolima, Caldas, Risaralda, Quindío, conociendo los tres últimos como el Eje Cafetero.
La consolidación del café como producto de exportación en Colombia sólo se dio a partir de la segunda mitad del siglo XIX. La expansión que tuvo la economía mundial en ese período hizo que los hacendados colombianos del oriente del país encontraran oportunidades atractivas en el mercado internacional. Pasado el tiempo, Norteamérica iba consolidándose como el consumidor más importante de café en el mundo. Así mismo, Alemania y Francia se convertían en los mercados más interesantes de Europa.
Años más tarde, en la transición del siglo XIX al XX, se registró una caída de los precios en el mercado internacional repercutiendo en la rentabilidad y economía de las grandes haciendas. Sumado a esto, el desencadenamiento de la Guerra de los Mil Días, imposibilitó una adecuada manutención de las plantaciones; hecho que termina por arruinar los cultivos dejando endeudados en el exterior a los hacendados del país, quienes entraron en crisis con sus fincas en los diferentes departamentos cafeteros de aquel entonces.

Esta crisis de las grandes haciendas produjo uno de los cambios más significativos en la caficultura colombiana. Desde 1875 se había comenzado a ampliar el número de pequeños cafeteros en Santander, Antioquia y en la zona del denominado Viejo Caldas. En la primera década del siglo XX se había logrado consolidar un novedoso modelo de desarrollo exportador cafetero impulsado por la colonización de nuevas tierras, principalmente, en los departamentos de Antioquia, Caldas, Valle del Cauca y Tolima. Esto, además de la crisis de las grandes haciendas, hizo que a principios del siglo XX el centro-occidente colombiano tomara la delantera con respecto al desarrollo cafetero del país.

Esto resultó favorable para los propietarios de pequeñas parcelas que apenas incursionaban en el sector. El cultivo del café se convirtió en una opción muy atractiva para los campesinos, en la medida que ofrecía la posibilidad de hacer uso permanente e intensivo de la tierra, puesto que permitía alternar los cafetos con otros cultivos de pan coger, básicos para la subsistencia. Se forjó entonces una economía campesina de pequeños propietarios rurales que optimizan su mano de obra familiar y que aún hoy subsisten. En el período comprendido entre 1905 y 1935 la industria del café en Colombia creció de una forma dinámica. La creación de la Federación Nacional de Cafeteros en 1927 permitió a los productores establecer un mecanismo de diálogo con el gobierno y el impulso de políticas para el desarrollo del sector. La unión de campesinos y pequeños productores en torno a la Federación les permitió afrontar retos comunes de logística y comercialización desde ese entonces.
Con el tiempo, y a través del Centro Nacional de Investigaciones de Café - Cenicafé fundado en 1938, y del Servicio de Extensión Rural de los Comités Departamentales de Cafeteros se han desarrollado sistemas de cultivo y de trazabilidad permitiendo diferenciar el producto y garantizar su calidad. Actualmente el Café de Colombia se produce en todas las cordilleras y zonas montañosas del país, generando ingresos a más de 500.000 familias productoras del grano.
En 2005 el gobierno de Colombia reconoció el estatus de Denominación de Origen al producto. En Junio del mismo año se presentó la solicitud de Indicación Geográfica Protegida ante la Unión Europea para el Café de Colombia. Dicho reconocimiento fue otorgado en septiembre de 2007.

HORTALIZAS EN COLOMBIA


Se cultivan aproximadamente 42 especies, en los diferentes pisos térmicos del país. En 2004 se sembraron 119.500 hectáreas y se obtuvo una producción de 1.350.000 toneladas. Las hortalizas más cultivadas corresponden a arveja, tomate, cebolla de bulbo, cebolla junca, arracacha, zanahoria, cilantro, habichuela, zapallo y repollo que concentran el 85% del área sembrada.

El consumo de hortalizas en Colombia es de aproximadamente 38 kg/persona/ año, cifra que está muy distante del consumo mínimo, 146,0 kg / persona/año, recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Existe un déficit de 108 kg/persona/año.

La balanza comercial de la cadena hortícola colombiana, durante el periodo 2002 – 2005, presentó un déficit promedio anual de US $ 10.0 millones. En 2005, el país exportó e importó hortalizas, en fresco y procesadas, por un valor de US$ 8,3 millones y US$ 10.2 millones, respectivamente.

La producción de hortalizas en Colombia, en términos generales, es una actividad riesgosa que se caracteriza por los siguientes aspectos: cultivos de tamaño pequeño (1/2 – 10 ha), dispersos, uso intensivo de mano de obra, altos costos de producción, mercado inestable y variable, carencia de tecnología apropiada, manejo poscosecha deficiente y debilidad empresarial y gremial.

El pequeño y mediano productor realiza siembras de hortalizas pensando fundamentalmente en que, éstas especies son de periodo vegetativo corto, intensivos en el cultivo, de alta demanda y gran expectativa en su rentabilidad, especialmente cuando el agricultor cuenta con suerte de lograr buenos precios
en el mercado.

FRUTAS TROPICALES


Las más conocidas son la piña, el coco, el plátano o banana y la de moda en algunos países, latinos, como Argentina, la maracuyá, o identificada con la fruta de la pasión por algunos Con su gran aporte de vitaminas A y C con una pulpa un poco gelatinosa, desbordante de jugo y con un aroma penetrante, se ha ganado un lugar en los hogares, heladerías y restaurantes.
Pero no son estas las únicas
La Carambola es otra fruta exótica, muy cotizada, conocida también como tamarindo en otros países, o popularmente llamada fruta estrella.
Otra es la Guayaba, con su redondeada forma y su profundo aroma, que las hace sumamente tentadoras
La Chirimoya con su particular sabor agridulce.
Bastante mas conocido es el mango, llamado el melocotón de los trópicos, con su hermosos color interno, con mucho betacaroteno, identificado como de los frutos más finos que da el trópico.
Y la lista puede seguir, ya que la variedad es mucha.
Es muy interesante también la veta que esta viendo Colombia. ¿Cual es? Los productos ecológicos, que cada día mas gente aprecia, por su forma de cultivo, por la manera de protegerlo de químicos agresivos, y porque en definitiva son aún mas saludables y sabrosos.
Así que los mismos productos que se hacen con cultivo industrializado, se pueden hace con el cultivo ecológico, que es más caro, pero es para gente que sabe lo que busca, y es un mercado exigente.
¡Así que a aprovecharnos de las saludables frutas del trópico y en especial, de las colombianas!



AGRICULTURA DE SUBSISTENCIA


La agricultura de subsistencia es un modo de agricultura en la cual una parte de la tierra produce sólo lo suficiente para alimentar a la familia que trabaja en ella. Comúnmente, a las extensiones de tierra con dicho fin se les llama Conuco. Dependiendo del clima, condiciones de suelo, prácticas agrícolas, cultivares, crecimiento del cultivo, estatus de tenencia de la tierra y facilidades para mercadeo, se requiere generalmente entre 1.000 y 40.000 m2 (de 0,1 a 4 ha) por persona. En algunas áreas del trópico húmedo en Sudamérica, una explotación de ganadería extensiva de subsistencia puede requerir entre 15 y 20 ha/cápita o más.

En general, la agricultura de subsistencia se concentra en un número limitado de cultivos de ciclo corto (anuales o semianuales), estacionales, con períodos de fructificación sincrónicos en el área del cultivo. Los incrementos cíclicos de oferta durante las cosechas deprimen los precios y el agricultor que no puede consumir todo, pierde su producción. Esta situación es más crítica cuanto más perecedero sea el producto y más costoso su transporte a las áreas de consumo.
Esta constelación de limitantes fuerza a los agricultores de subsistencia a optar por los cultivos ilícitos (coca, marihuana y amapola), para los cuales hay una demanda estable y aún creciente y excelentes precios al por mayor y al detal, determinados por la ilegalidad, situación que hace de ellos casi que la única salida sostenible. Estas características, igualmente dificultan su reemplazo y erradicación y son causa complementaria de los grandes conflictos sociales del campesinado en la América Latina, particularmente en Colombia, Perú, México y Bolivia
La agricultura de subsistencia, por definición, produce únicamente suficiente alimento para sostener a sus agricultores a través de su actividad diaria normal. El buen clima puede ocasionalmente permitirles producir un excedente para venta o trueque, pero los excedentes son raros. Por ello, la agricultura de subsistencia no permite crecimiento, acumulación de capital o aún de mucha labor especializada. La familia agricultora dispone prácticamente sólo de las herramientas o bienes que puede producir por sí misma.

AGRICULTURA ORGANICA


La agricultura ecológica, o sus sinónimos orgánica o biológica, es un sistema para cultivar una explotación agrícola autónoma basada en la utilización óptima de los recursos naturales, sin emplear productos químicos de síntesis, u organismos genéticamente modificados (OGMs) -ni para abono ni para combatir las plagas-, logrando de esta forma obtener alimentos orgánicos a la vez que se conserva la fertilidad de la tierra y se respeta el medio ambiente. Todo ello de manera sostenible y equilibrada.

Los principales objetivos de la agricultura orgánica son la obtención de alimentos saludables, de mayor calidad nutritiva, sin la presencia de sustancias de síntesis química y obtenidos mediante procedimientos sustentables. Este tipo de agricultura es un sistema global de gestión de la producción, que incrementa y realza la salud de los agrosistemas, inclusive la diversidad biológica, los ciclos biológicos y la actividad biológica del suelo. Esto se consigue aplicando, siempre que sea posible, métodos agronómicos, biológicos y mecánicos, en contraposición a la utilización de materiales sintéticos para desempeñar cualquier función específica del sistema. Esta forma de producción, además de contemplar el aspecto ecológico, incluye en su filosofía el mejoramiento de las condiciones de vida de sus practicantes, de tal forma que su objetivo se apega a lograr la sustentabilidad integral del sistema de producción agrícola; o sea, constituirse como un agrosistema social, ecológico y económicamente sustentable.
La agricultura biodinámica, la permacultura, la agricultura natural, la agricultura indígena, la agricultura familiar, la agricultura campesina, son tipos de agricultura natural que buscan el equilibrio con el ecosistema, son sistemas agrícolas sostenibles que se han mantenido a lo largo del tiempo en distintas regiones del mundo buscando satisfacer la demanda de alimento natural y nutritivo a las personas y los animales, de manera que el agroecosistema mantenga el equilibrio.

Al contrario de lo que se pretendió demostrar acerca de que la agricultura ecológica favorecía la deforestación del planeta debido a que se necesita una mayor explotación del terreno para alcanzar los resultados de la agricultura convencional(se hablaba de que los resultados eran 3 veces inferiores), numerosos estudios (más de 200 estudios en los Estados Unidos y Europa) han logrado confirmar que las explotaciones de agricultura ecológica tienen un rendimiento de 80% comparado con la agricultura convencional. Esto se ejemplifica bien a través de un estudio de siete años llevado a cabo en el distrito de Maikaal en la India. Con él se estableció que el promedio de producción de algodón y maíz fue un 20% mayor en las granjas de agricultura ecológica que en las explotaciones convencionales. Otro ejemplo sería un estudio realizado en 20 países del África subsahariana donde los rendimientos aumentaron en un 214% en 44 proyectos usando técnicas de agricultura ecológica, un dato muy superior a lo que jamás logró ningún cultivo genéticamente modificado