Se cultivan aproximadamente
42 especies, en los diferentes pisos térmicos del país. En 2004 se sembraron 119.500 hectáreas
y se obtuvo una producción de 1.350.000 toneladas. Las hortalizas más
cultivadas corresponden a arveja, tomate, cebolla de bulbo, cebolla junca,
arracacha, zanahoria, cilantro, habichuela, zapallo y repollo que concentran el
85% del área sembrada.
El consumo de
hortalizas en Colombia es de aproximadamente 38 kg/persona/ año, cifra que está
muy distante del consumo mínimo, 146,0 kg / persona/año, recomendado por la
Organización Mundial de la Salud. Existe un déficit de 108 kg/persona/año.
La balanza
comercial de la cadena hortícola colombiana, durante el periodo 2002 – 2005,
presentó un déficit promedio anual de US $ 10.0 millones. En 2005, el país
exportó e importó hortalizas, en fresco y procesadas, por un valor de US$ 8,3
millones y US$ 10.2 millones, respectivamente.
La producción de
hortalizas en Colombia, en términos generales, es una actividad riesgosa que se
caracteriza por los siguientes aspectos: cultivos de tamaño pequeño (1/2 – 10 ha), dispersos, uso
intensivo de mano de obra, altos costos de producción, mercado inestable y
variable, carencia de tecnología apropiada, manejo poscosecha deficiente y
debilidad empresarial y gremial.
El pequeño y
mediano productor realiza siembras de hortalizas pensando fundamentalmente en
que, éstas especies son de periodo vegetativo corto, intensivos en el cultivo,
de alta demanda y gran expectativa en su rentabilidad, especialmente cuando el
agricultor cuenta con suerte de lograr buenos precios
en el mercado.
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